Epitafio: lugares donde uno vuelca la vida.

Carta: confesión de los amores y los deseos. Contrato de las empresas y los bancarios por el tiempo limitado de las almas humanas.

Bio de Twitter: amplias oportunidades para establecerse como un ridículo de oficio.

Letrero: simulaciones de felicidad para tolerar las horas que has vivido parado en el tráfico.

Caja del cereal: no puede ser que nos hayan engañado durante todo este tiempo. Pero si tiene cereales, vitaminas, minerales, certezas morales y canciones de conocimiento.

Canción de cuna: balbuceos capaces de abrir puertas a los mundos oníricos.

Libro: mundo imparable.

Mensajes SMS: novela pornográfica.

Panfleto: capricho de los furiosos y máscaras para los vagabundos. Papel de baño.

Receta: mensaje de amor. Testimonios de nuestra memoria genética.

Guion cinematográfico: cuentos huevones.

Salmo: palabra sagrada de los pecadores, mensajes crípticos del Diablo para sus hijos y realidades alternas que sirven para meditar y reflexionar a los monaguillos cuando son obligados.

Disculpa pública: Como siempre, no se piden o se dan, se ofrecen y solamente son aceptadas cuando el sacrificio es sincero.

Menú: granja, mercado, cafetal y viñedo.

Agenda: calendario del pervertido.

Cajetilla: documento sobre el paraíso perdido para los hombres sanos y distinguidos.

Etiqueta: ignoras todos los ingredientes para enfocarte en el grado de alcohol. No es suficiente.

Manual de instrucciones: cómplice discreto de la estulticia.

Acta constitutiva: fárrago ilegible.

Comercial de revista: acumulación de sexualidades.

Panegírico: angustias del segundo al mando, aceptación y resignación del fracaso.

Borrador: malas, pero curiosas, pero inmaduras, pero elocuentes intenciones que deberían ser arrojadas al fuego.

Tesina: declaración de principios de un cobarde.

Servilleta: número telefónico de algún pene.

Cuaderno: ideas de contador, garabatos de duermevela, apuntes de viejos anquilosados y rumiantes.

Hoja en blanco: cúmulo de verdades.

Post-it: favor de no olvidar hasta que abras la ventana y se lo lleve el viento.

Publicado originalmente en LJA.