Citizens of Earth

La sonrisa del burócrata más amable del mundo

Creo que tuve suerte de tener en mis pendientes jugar Earthbound. Hace algunos años lo empecé a jugar, habré avanzado unas diez-quince horas, pero la vida me sacó de ahí y ya no pude terminarlo. Qué bueno, porque después de ver todas las comparaciones insistentes e injustas de Earthbound a este, me da un poco de tristeza. Varios de sus reseñistas despojan de un sinfín de posibilidades a la experiencia única que armó el estudio detrás de Citizens of Earth. Aunque ambos juegos comparten motivos y escenarios similares (los dos, como dije en algún otro lado, son una fantasía urbana) no son la misma cosa, ni secuela espiritual ni nada. Sugiero que si vas a jugar Citizens of Earth, lo hagas pensando en otra cosa que no sea Earthbound.

Yo lo jugué con una guía muy mala y aún así me tomó alrededor de 35-40 horas. Nada mal para un RPG. El mismo juego da oportunidades para ampliar el tiempo y que el jugador se construya así mismo sus propios retos: un speed run, niveles obscenos de dificultad, limitantes o azares, usar a ciudadanos muy específicos, etcétera. El juego se parece mucho a Suikoden por la cantidad de personajes y cómo conseguirlos; el vicepresidente de la Tierra busca ciudadanos y los invita a unirse a su misión de investigar los extraños sucesos en el mundo. Cada ciudadano tiene su misión y algunos abren otras misiones secundarias más. La misión principal también requiere la búsqueda de algunos ciudadanos específicos pero son los menos.

El sistema de juego es muy interesante y cada ciudadano tiene su propio estilo. Lo más básico: puedes usar a tres ciudadanos, cada uno tiene HP y esferas de energía (de 2 a 5). Ciertas acciones permiten subir la energía y otras cuestan (habilidades muy poderosas o muy estratégicas). Parte del interés es reclutar a nuevos ciudadanos y entender cómo funcionan bajo los parámetros básicos, cómo los modifican. Por ejemplo: la señora de los gatos consigue gatos que también sirven como una barra adicional de energía, el panadero necesita trabajar con la masa antes de hacer sus ataques más fuertes con el fuego del horno, el fisicoculturista primero debe posar antes de exhibir la capacidad de su fuerza, el músico debe afinar sus instrumentos antes de tocar canciones de dolor o de sanación. En total son 40 ciudadanos y las combinaciones estratégicas son infinitas.

El bestiario y los escenarios del juego son coloridos y tienen buena definición. Los monstruos son una combinación de objetos con animales y sus nombres sirven para hacer juegos de palabras (tele-fawn, catcactus). Las personas son estereotipos retorcidos de gentes que uno encuentra en la ciudad y los campos (los corredores, las morritas fresas que van a los clubs, los pescadores, los protestantes y los hipsters). Los mapas son extensos y los calabozos están bien armados. La progresión de dificultad en el juego está muy bien pensada: si eres valiente y exploras, puede que encuentres zonas mucho más difíciles que te regresarán inmediato a tu casa. No hay encuentros aleatorios, pero hay bestias desperdigadas por todo el mapa que se acercarán a darte pelea si estás en niveles bajos (Chrono Trigger). Una vez que le has ganado al jefe del área, puedes recorrer sin problemas. Hay un sistema para ganar de inmediato las batallas de bajo nivel y puede ahorrar algo de tiempo.

Disfruté mucho la estructura del juego, su mapa general y su recorrido. El juego me dio varias sorpresas. Ojo: no es un escenario fantástico habitual, ni siquiera es algo parecido, digamos, a Pokémon; pero es un espejismo único, basado en suburbios de un Estados Unidos anacrónico y recoge varios estilos para construir una fantasía espectacular, un paseo muy agradable. La música de algunas áreas me pareció adecuada, sabrosa, pero en otras simplemente cumplía con la obligación de no dejar al espectador en silencio. Quizás es lo más débil del juego.

Pero hablemos de la historia; considero a este el aspecto más importante para obligar al jugador a pasar tantas horas de su tiempo subiendo niveles y buscando personajes. La escritura general es graciosa, de humor blanco, con una crítica muy puntual no sólo al mismo juego, pero a todo al género y a la industria a los videojuegos. La mayoría de los chistes son inocentes, diría incluso que infantiles, pero le queda bien en una sobresaturación de productos cínicos o chistes fáciles. La voz del vicepresidente (en inglés) lleva la mayor carga de darle cierto corazón al juego y lo consigue. En el aspecto narrativo, Citizens of Earth hace muy buen trabajo en transformar al personaje principal, a lo largo de su viaje, de un burócrata cobarde y despreciable a un héroe renegado y bonachón.

Un gran acierto en el diseño: la construcción de los ciudadanos y sus arquetipos, los cuáles por poco comunes, pienso, consiguieron romper algunos estereotipos. La maestra de yoga, por ejemplo, en vez de ser una mujer común o incluso representada como un objeto de deseo, estaba embarazada. La super fanática es una niña en silla de ruedas. El exterminador es una muchacha rubia y de lentes. Los personajes apuestos son caricaturas y muchos de ellos son characters. Otra cosa que aprecié de los ciudadanos: no tienen nombre. Si uno se da a la tarea de darles nombre a estos personajes, consigue apropiarse de ellos. El juego jamás se acerca a la carga emocional de Earthbound (ojo, aquí muchos se decepcionan) pero al contrario, su historia siempre consigue una nota positiva sin importar los problemas o las posibles desgracias de los personajes. Tiene sus momentos emotivos, con una carga emocional muy interesante; por ejemplo: el momento en que el vicepresidente se encuentra con el psicólogo por primera vez y se adentran al mundo del sueño donde el VP examina qué significan estos personajes en su vida y qué significa ser responsable además de ser uno de los hombres más poderosos de la Tierra.

Cosas más a considerar: el juego es altamente configurable. Ciertos personajes tienen la habilidad de, por ejemplo, alterar el tiempo o el clima. Otros cambian la música que oyes en el momento, unos más alteran la velocidad del juego. Otros personajes pueden alterar las estadísticas de tu ciudadano para construir al guerrero perfecto. Si uno realmente se sumerge en el mundo de Ciudadanos de la Tierra, como lo dije antes, puede construirse un RPG de muchos niveles y muchos retos.

Lo único malo que encontré fueron ciertos glitches visuales y persistentes en algunas de las batallas, algunas zonas, y nunca entendí qué los provocaba exactamente. Una vez tuve que salirme porque fueron demasiado. Otro problema: el juego se cerró una vez, pero solamente una vez durante mis horas totales de juego. Nada terrible. Disfruté tanto el juego que olvidaba la mayor parte de los glitches visuales y no me dolió perder los minutos perdidos en ese primer y único cierre.

¿Lo recomiendo? Sí. Ciudadanos de la Tierra es un RPG con buen corazón, historia amable, personajes sinceros y chistes malos. Es un excelente juego para suavizar el paso del tiempo.

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