No sabía que esperar de este juego de plataformas. Aunque leí algunas reseñas, al ver la belleza del juego quedaba pasmado: algo tan bonito no podía ser tan impráctico o decepcionante. En Steam, las reseñas contrastan de una manera interesante: algunos odian el juego por su dificultad y la torpeza de sus controles, otros dicen que el juego es un homenaje a las plataformas de antaño que no eran de ningún modo fáciles. Hice un video con los primeros 45 minutos de gameplay y en él pueden escucharme insultarlo.

También pueden escuchar como me divertí como enano.

Alien Spidy busca uno de los santos griales de los videojuegos: emular el columpio de la araña. Ya lo han intentado juegos como Spider (PS1) o los muchos que existen de Spiderman. No es cosa fácil involucrar al jugador a que maneje a uno de los bichos más repudiados en el mundo (yo no les repudio, pero si les tengo un sano pavor y respeto) y que, además, se emocione con los brincos y busque que la cabeza del jugador domine ese tipo de física sin frustrarse. Alien Spidy de algún modo logró lo que aspiraba: una mecánica interesantísima de la telaraña y los péndulos que debes hacer para llegar de un lugar a otro.

La historia del juego: araña espacial se pierde en la tierra y otra araña espacial se dispone a buscarlo. El personaje principal trata de apelar al jugador porque parece esa es una de las marcas características de los juegos de plataforma (Mario, Sonic). No lo consigue. La araña parece un pequeño pervertido y no se diferencía mucho de la otra araña a la que tiene que buscar. Pervertido busca a degenerado. Eso es un poco descuidado: incluso uno sabe separar a Mario de Mario Verde.

Dejando el diseño del personaje principal a un lado, los escenarios están llenos de sombras, contrastes y belleza. Por momentos parece una película de Ghibli donde todo, absolutamente todo, se mueve. Eso puede distraer un poco pero eventualmente te acostumbras a hacerle caso a la araña y no mover los ojos a otra cosa. Descubrí que por eso mismo, y quizás puedan notarlo en el video, estaba perdiendo una y otra vez en uno de los niveles. La estética es una dificultad y eso, definitivamente, es hermoso. Darle un propósito práctico a la belleza no es de menospreciar.

La telaraña tiene dos formas de ser activada: botón o palanca derecha (en un control de XBOX). El segundo es una tortura. En los niveles de entrenamiento sufrí para usar la telaraña con eso y conseguir el ángulo correcto. Eso es rarísimo porque con el botón y la palanca de movimiento casi siempre lo consigo como quiero. Los botones reaccionan, a veces, un poco tarde lo cual es un poco incómodo. También es cosa de acostumbrarse. A veces hasta es divertido. Recomiendo usar el método de los botones para la telaraña en vez de la frustración de la segunda palanca.

Aunque el juego parece de memorización y repetición, he notado que hay cambios sutiles en la física que no permiten eso. Anticipo que ese chistecito, en un futuro, será frustrante y muy molesto en los niveles más difíciles. A saber.

El juego consta de 150 niveles o cápsulas que adoptan ese asqueroso método que se popularizó con Angry Birds. Quizás porque soy gamer de la vieja escuela hubiera preferido niveles más amplios a las cápsulas con estrellas. Habrá a quien le guste eso. De todos modos, el juego es tan rápido y tan dinámico (me recuerda mucho a Sonic en ese aspecto) que se puede obviar eso de las cápsulas o los nivelitos fácilmente. También, gracias a la calificación por estrellas y los métodos de puntaje, Alien Spidy apela a los jugadores clavados, que buscan un buen reto o que les gusta rejugar los juegos hasta sacarles los más pixeles posibles.

Después de una hora de juego, mi veredicto: si te gustan los retos, las plataformas, los juegos bonitos y las arañas, cómpralo. Por cien varitos es un juegazo. Por cierto: este juego es compatible con Mac.