Sueño de Bob, el cacto: “¿Todavía no te acostumbras? Si no duelen tanto, piensa que son un cepillo, son un cepillo para limpiarte las entrañas, aprieta los dientes con fuerza, cierra los ojos, llora si quieres pero piensa que son un cepillo. Me la debes. Además, estoy es un sueño, ¿no te has dado cuenta? Sé que lo es porque te siento multiplicada, miro estelas de tu cuerpo presente y futuro confundiendo tus espasmos presentes. Ni siquiera haces ruido, en mis sueños no hay ruido sólo sensaciones, un aura continúa que se distribuye por el paisaje y modifica los colores, los dioses ocultos nos miran de nuevo, como aquélla vez, cuando apostaban por la dirección de nuestras almas, cuando jalaban nuestros hilos de marionetas y ambos éramos humanos. Esto es un sueño, pienso, y debería controlarlo, y precisamente por eso me es imposible controlarlo, entonces sólo me queda hablarte, esto es un sueño, dame el agua requerida para rejuvenecer el camino de mis espinas, tranquilízate, relájate, deja de apretar tanto porque entonces saldrá mal y tendremos que empezar de nuevo, entrar y salir como lo que soy quizás me ofrezca la resurrección, y la resurrección será el perdón de mi vida pasada, sueño con ser humano de nuevo, sueño con arreglar el pasado. Volveremos a encontrarnos y pienso que esta vez haré las cosas bien. Te ignoraré en vez de invitarte la bebida, en vez de bailar contigo anticipando lo que hago ahorita: espinarte por dentro, y depender de tu agua para sobrevivir, depender de tu aliento, depender de tu sol, depender de tus mentiras. Estás apretando demasiado, soy un cepillo, no lo olvides, un cepillo para sacar toda esa basura que tienes dentro, permíteme encerrar el asco entre mis espinas, dame la oportunidad de limpiarnos”.