Luego pienso que escribir un cuento es comunicarse con un espíritu. Espíritus que se esconden en todas las cosas y ofrecen una cantidad infinita de circunstancias. Cosas que han pasado por las manos de mucha gente y gente que ha tenido muchas vivencias, o pocas, o profundas, o increíbles. El cuento es dejarse poseer por un espíritu y escribir para comunicar lo que tiene que decir. Hay espíritus que son muy habladores, mentirosos y ruines. Hay espíritus de bondades y abundancia. Espíritus que, como un hombre testarudo, niegan en la inevitable existencia del final porque les da mucho miedo. Escúchalos.