Una de las ventajas de twitter es que si eres obsesivo puedes hacer listas. No le veo otra utilidad. Bueno, sí… pero me gusta más que las listas sean el propósito de un hombre obsesivo, alguien que se la pasa catalogando. Alguien que quiere tener las cosas en perfecto orden.

En mis ratos libres, he armado listas de personas con avatares en blanco y negro. Listas de personas que sus únicos tuits se refieren al buenos días y las buenas noches. Listas de gente que le toma fotos a su comida, desayuno o cena. Listas de usuarios que empiezan con a y cuyos nombres empiezan con b. El poder de las listas puede mantener una obsesión compulsión a una persona tan ocupada, como si estuviera jugando WoW para conseguir esa espada nivel 275 que siempre deseo… ¿qué?

Las listas son una solución para las personas que no pueden conservar un número más frugal de personas a seguir (unas 150-250). No solo eso, también te ahorras las menciones que hacen a otros usuarios que no pertenecen a la lista. Muy útil si tienes contactos que platican en twitter y estás demasiado ocupado, o simplemente no te interesa seguir su conversación. La desventaja de las listas es que, cuando twitter se cae, lo primero que deja de actualizar son las listas. Es lo primero que se rompe.

Hay días que se rompen las listas pero twitter sigue activo. Sí, recuerdo esos días, donde valientemente tuve que entrar al timeline entero y me perdí entre arrobas, saludos, buenos deseos, trolles, fotografías pornográficas (ah, no, esas son mías), vínculos a otros sitios, social media experts, etcétera. Es peligroso. Sobre todo en hora pico. La hora pico, si no me equivoco y después de leer numerosos estudios, son diez minutos antes de la salida a comer de todas las oficinas. Ya vamonos a comer, dice el colectivo; me voy a chingar unas quesadillitas, dicen otros; voy a ver a mi vieja para que me prepare la comida, ponen por ahí y luego se arroban los unos a los otros.

Cuando se arroban es lo peor, porque haces lo posible para entrar y seguir la conversación, luego ves que la arroba le llega a otro, y a otro, y necesitas ver la conversación, nomás por costumbre, ¿cuál costumbre? Por chismoso. Haz listas. Una que sea tu casa, las demás las amantes y el timeline las prostitutas de la meche. Este, hijo mío, es el mejor consejo que puedo darte.