Cuando recién salieron los blogs, era bastante obvio quien era quien. Uno podía decir quien se dedicaba a qué y qué tema abordaban en su blog. Los blogs personales, bien escritos, eran un hit, al igual que uno de diseño, uno de tecnología, uno de vida digital, o uno sin piez, ni cabeza. La opinión de todos, se daba bola en otros blogs y se podía desarrollar de una manera increíble, hasta que nos cansábamos e inventábamos otra cosa. Nos podíamos contar con los dedos de la mano, y eso era… a su modo, bueno.

Los integrantes de esa blogocosa, pequeña y reducida, estaban cómodos y podían darse un tiempo al día para leer a esas otras personas, distintas a ellos, y el único simil que los unía, era “tener un blog”… ¿O no? Después de todo, éramos los pioneros, los valientes que decidieron usar la herramienta para expresar algo… expresar el propósito. Tener un blog y un propósito. Después, esto se popularizó, el blog se convirtió en una herramienta al alcance de todos, quien no fuera valiente, se quedaba atrás en la carrera digital o no pertenecía a una especie de moda geek. ¿Qué se yo?

Hoy, Jose Luis Orihuela, uno de los estudiosos más grandes en este mundo blog, un pionero, tuiteó “ojalá tintachina regresara”. Eso me trajo una sonrisa, y bonitos recuerdos. Un blog de pequeñas notas digitales, escritas con frescura y la sutil inteligencia femenina. Tintachina era uno de pocos modelos a seguir para quienes empezaran un blog.

Tenía un propósito.

Ahora, miles, cientos de miles, millones, no sé cuantos, imposible contarlos… abren un blog, un twitter y están a la par en esta carrera digital por demostrarle a sus amigos que también pueden hacerlo, que ellos también forman parte. Los que empezamos a escribir en un blog, sabíamos: “Esta es la herramienta que necesitaba para esto”. Había una especie de misión en ello. Intuíamos la utilidad práctica, o lúdica, de tenerlo. Hoy… ¿Cuántas personas no abren su blog y se preguntan para qué? El blog empieza con un propósito tambaleando, sin un rumbo fijo o con un propósito superficial. Así se llena el espacio, se llena internet, de todo tipo de expresiones… gente que desea comunicar, junto a otros deseosos de lo mismo, y no se alcanzan, se cansan, y se van.

Esa es mi opinión.

Tiene rato que no encuentro blogs que tengan un propósito. El propósito de comunicar y servir como un apoyo para aquello que mueve la persona, que la vivifica y la apasiona. El blog es una herramienta que sirve a la reflexión y comunicación, es un tremendo apoyo para que tu propósito se cumpla y llegue a ojos de otros. ¿Qué te gusta hacer? ¿Qué te apasiona? ¿Y por qué no escribes de esta vida que llevas, para que tus compañeros, un desconocido, tu nuevo compañero de negocios o tus amigos descubran un poco más de ti? No se trata de buscar noticias todo el tiempo, ni de publicar los mismos chistes, el blog es tuyo, el blog es tu nombre, es una extensión de tu identidad.

El blog es tu compañero para cumplir tu propósito.