En tres cosas se reconoce a un hombre: en su cáliz de vino, en su cartera y en su ira.

  • Los germanos, hace muchos muchos años, bebían vino durante sus concilios, porque se creía que así no se mentían entre ellos. Leído en la wikipedia y ya sabemos lo apta que es la wikipedia para decir verdades.

  • Un borracho que miente muy bien, dudo que sea descubierto por otro borracho que observa muy bien. Pienso… hace tanto que no bebo como para emborracharme, que no sé si mis mentiras las he dicho correctamente. O si acaso, he hablado abiertamente de alguna mentira.

  • Pero la mayoría de los secretos, no son mentiras, ¿o sí?

  • Mi cartera la robaron hace poco, así que mi nueva cartera, debe decir que soy un pobre tacaño que tiene demasiados billetes para cargar en la semana. Y digo cargar, porque llevar el dinero en la cartera me parece una exageración desde que me asaltaron.

  • En la ira, probablemente es donde mejor me reconozco a mi mismo. Cuando estoy furioso, siento que una segunda consciencia me observa escudriñando todos los detalles. Gestos, ademanes, palabras. Un hombre que gusta de las palabras, nunca evita descubrir el uso que le da a las mismas. Un aprendizaje interno que sólo funciona para alimentar un narcisismo exponencial.

  • ¿Cuándo nadie ve quien eres realmente… a que juegas? ¿Juegas con el papel y la pluma, y haces garabatos? ¿Escuchas música que nadie sospecha que escuchas cuando tienes los audífonos puestos? ¿Miras ese porno especial que no tiene nada que ver con el común? ¿Pones ese DVD con la película que ya viste más que cualquier otra? ¿O lees ese libro que tus padres te prohibieron? ¿Qué tal si sólo te asomas por la ventana y miras las gotas, golpeando contra el piso?

  • El fin de semana me enojé más rápido. Supongo que estoy muy enojado desde mi asalto.

  • Y algo deprimido, inseguro, temeroso y tembloroso. De vez en cuándo, recuerdo la imagen de los asaltantes y como pusieron su pistola contra mi estómago. Pasan varias cosas cuando recuerdo la imagen, como una fotografía oscura. Entre más la recuerdo, creo que más insensible me vuelvo y algo sucede adentro. ¿Qué pasa cuando un hombre despoja a otro su vino, su cartera y su ira? ¿Le roba su humanidad?

Tienes amigos, Phoenix, y esa… es el arma más poderosa que pueda tener un abogado.

  • Cof. Cof.