El héroe de la guitarra. Perdón. Guitar Hero (I, II y III), es un juego interesante que abusa del espíritu del hombre común y corriente. La necesidad de ser un héroe. Ganitas por destacar entre los mortales. Ahora todos podemos ser Slash. Una melena larga, que nos tape un gran pedazo del rostro. Lentes, sombrero de copa, cigarrillo en los labios y bienvenidos a la jungla. A las personas les encantaría que los juegos de simulación cumpla sus grandes expectativas. Esas habilidades que los presentaría ante una sociedad, sus amistades o familiares, como alguien interesante. Un héroe. “Sé tocar guitarra. Sé jugar ténis. Sé atrapar asesinos”. Eso antes lo hacían los libros.

La diferencia con las películas, es que las películas no te llevan a otros mundos de la mano. Sólo te sientas a ver. Eres un espectador. Los libros y los videojuegos requieren interacción. Los videojuegos requieren destreza. Los libros ciertos niveles de pensamiento. El control esta en tus manos en ambos dispositivos. Pasar las páginas es lo mismo que apretar A B A B A Y X Y X A. La clase de videojuegos que más me gusta, son los más aburridos. Aquellos donde tengo que leer páginas de texto enteras para saber lo que esta sucediendo. Combino las dos cosas. Sin embargo, mis dedos también han estado sufriendo con Guitar Hero.

Hace unos días, intenté tocar “Through the fire and flames” a nivel medio. No debí. Recuerdo que, aunque logré un note streak de 300 en nivel fácil, mis dedos se engarrotaron. Cabe destacar que el cambio entre una y otra dificultad es notable. El nivel medio de Guitar Hero 3, es lo mismo que el difícil de Guitar Hero 2. Envidio a los niños y sus huesos como las ratas. Todavía están a buen tiempo para entrenar su flexibilidad futura. Otras veces, sólo por diversión, toco “Black Magic Woman” de Santana. Me recuerda a mi familia y los ochentas. Fueron buenos tiempos.

El viernes le dije a mi madre:

—Me gustaría ser niño de nuevo para mandarlos a todos a chingar a su madre.

Andaba un poco molesto. Con razón. Pero también sin ella. La familia es la familia. Este fin de semana he estado adaptando mi forma de sentimiento. Tendré que ayudarlos en la nueva empresa. Tendré que ayudarlos mucho. Trabajar más. Me entristece pensar así, porque probablemente pierda tiempo para escribir. Otras preocupaciones incluyen que no tengo las habilidades o conocimientos requeridos para esto. No hay un Guitar Hero, que te guíe las notas de la vida.

Y, sobre todo, que al final te haga sentir como un héroe.