…le da por temporadas donde se recluye. Me molesta, porque no responde ni un sólo mensaje y no sé si esta bien. Las preocupaciones de gallina señor. No se puede obligar el interés de una persona por la otra. Tampoco sirven las molestias, las bromas o los regaños porque desaparecen, como todo desaparece. El interés parece ir para el otro lado: no importa si yo no me comunico, si yo no estoy bien, si yo quiero recluirme o no. Todo parece arreglarse pensando en otras cosas, continuar escribiendo, trabajar mucho. La verdad es que no. Las noches continúo pensando en los mensajes que no llegan. Pareciera que nunca hicimos esa promesa. Diría Simón–. Pero ya no importa, cuando la verdad es que sí, me encuentro escribiendo esto, es lo primero que me llega a la mente. Podría escribirlo todos los días. Ese interés voluble que tiene por el otro.

Es un túnel. Camino por el túnel, en la oscuridad, imaginando los peores pensamientos. Hay cosas que no se arreglan leyendo de maguitos, ni viendo porno o mujeres lindas en el hi5. Las pláticas en el internet transcurren, las ediciones de video pasan, los proyectos y las facturas, las búsquedas en el centro. Continúo escribiendo en secreto. Hay palabras que jamás deben ser dichas, y lo son porque tu vida depende de ellas. Ninguna palabra ha sido capaz de destruir el mundo o el universo. Los más jóvenes piensan que sí, ¿por qué? los niños piensan que sí. El universo de cada uno es el más importante, el universo que se expande a todos.

No ha respondido el teléfono. La copia de los archivos ya terminó. Quien sabe que será. Empieza la conversión de los archivos, me siento mal desde aquel día que peleé con Daniel. Hace falta hacer el amor… siempre hace falta. La mente está llena de ideas, de ruido, de gritos. Algunos días son así. No son malos días. Lo normal para todos nosotros. ¿Cuánto escondemos en sonrisas, en pláticas estúpidas? Hay cosas que no decimos por temor a parecer estúpidos: la ruptura de nuestro mundo. ¿Serán los dioses, aquellos cuya propia estupidez no importa? No me pide ayuda, cree que todo puede hacerlo sola o no le interesa hacerlo. Es despistada o descuidada. O irresponsable. No responde el teléfono. Ya ha pasado. Cuatro días sin saber de ella o un simple mensaje. Cada vez es más a menudo.

Estará en casa de Sancho.