Mover la cabeza de un lado a otro no funciona, ni bostezar como nene aburrido. Cerrar los ojos tampoco. Salir a fumar y escuchar a los vecinos, nope. Un fracaso total, si se escucha la voz atorrante y aguda de las Gilmore Girls en un televisor vecino. Antes me gustaba ese programa por los diálogos, las referencias pop, la dinámica que tienen los personajes entre si… ahora me aburre.

Hubo una escena muy interesante, tal vez mi preferida, dónde en una cena familiar se encuentran la madre, la hija, y los abuelos. La cena esta envuelta en un silencio muy incómodo y pasado un rato, la madre se levanta y dice–. Me largo, no aguanto más. Entonces, su hija se lo impide y les pide a todos–. No, necesitamos hablar… nadie se retira de aquí hasta que terminemos. Los últimos quince minutos del programa se desenvuelven donde dos personajes se retiran, para darse de gritos en la sala, mientras los otros dos, enfocados por la cámara, escuchan la discusión. Había una carga inmensa, por los eventos que habían sucedido a lo largo de la temporada y fue muy divertido ver como se reprochaban las cosas en un sólo momento, donde todos tomaban turnos para explotar con el otro. Ese pequeño punto, probablemente, encierra lo que es la totalidad de la serie… pero ya después de unos años, me parece aburrido, ni siquiera la cara bonita de Rory Gilmore y su promiscuidad sexual me mantienen interesado.

Tengo un lápiz a lado, debería tener un cuaderno para dibujar muñequitos cuando esté así, de ocio sabatino… pero, no tengo el cuadernito y de tenerlo, seguramente lo haría una o dos veces y después lo olvidaría. La televisión, el ruido, la carga de medios, es una terrible manera de pasar el tiempo porque después, me siento desganado… no pienso correctamente, como tener el interruptor a medias. No acostumbro a poner el cerebro en automático, prender cualquier canal de televisión, y mientras más nalgas y piernas tenga el contenido, mejor.

Me siento orgulloso, porque he logrado escribir tres párrafos… pero es lamentable que todos tengan que ver con la televisión. ¿Me hará falta un buen libro? No lo creo, estoy leyendo varios, sólo que he leído a paso de tortuga. ¿No habrá sido la comida? Porque comí bastante… huevos rancheros, con bistec, frijoles, chorizo y… pizquitas de un pollo que había ayer. En mi casa, somos excelentes para preparar algo sabroso usando las sobras. No sólo son los medios, supongo… sino la disposición general de hacer algo. No he hecho nada el día de hoy, todo ha respondido a pequeños impulsos. Un día, probablemente desperdiciado, de esos días que lamentamos haber perdido el día de nuestra muerte… cuando las películas aspiracionales, nos piden, por favor, que no perdamos el tiempo y vivamos el momento.

Mi momento, el día de hoy, fue muy aburrido y tal vez, lo rescatable, fue haber escrito esto y ni eso, porque esto… como todo el día, fue un desperdicio. ¿Mañana qué toca hacer? Probablemente algo divertido, algo productivo, algo importante… que valga la pena… Eso me preocupa un poco, porque… ¿qué se puede hacer los domingos que valga la pena? Saldré con mi cacto en el hombro y buscaremos gatitos inocentes, para que él tenga algo que comer.