Esas pequeñas cosas se explican mejor con canciones, eso de abrir los ojos y tener la eternidad enfrente. Pero como este es un blog decente que no utiliza pequeñas y sucias artimañas, como copiar la letra de una canción entera, para tener algo que decir… entonces me niego. Porque eso me pasa cuando veo un post con la letra de una canción: inmediatamente copio el nombre, el título, y me prometo bajar la canción después para escucharla. Y la verdad es que nunca pasa, eso de bajar la canción y escucharla, así como leer la letra de la canción en el blog culpable de la anotación mental (es pura basura mental la que me dedico a recoger). Es como le digo a la gente que empieza a cantar una canción que surge misteriosamente en la radio–. ¿Podrías tener la delicadeza de permitir al cantante, cantar su propia canción? –Por supuesto, lo digo tan de broma que no lo toman en serio y entonces, un viaje en coche puede convertirse de dueto a quinteto como nunca se ha visto en los conciertos.

Pero regresando al tema, es que abrí los ojos y miré la eternidad.

Oh my fucking God.

Ahí esta el inicio de una canción, ¿no? Un sample con las dos líneas anteriores y después, metes un guitarrazo chingón (cómo el del Cabazorro, KAPOWN!) que despierte a todos los dormidos y haces progresión a una canción suave, triste y patética. Porque es patético abrir los ojos y mirar eternidad, darse cuenta que tus ojos son dos puntitos muy chiquitos en un espacio muy grande, tan grande que el vértigo podría causarte la muerte instantánea. Ya después de que vi la eternidad durante dos segunditos, tal vez uno, porque cuando descubres algo enorme el tiempo se distorsiona, entonces me descubrí mirando el techo blanco de mi habitación, la alarma de mi aparatejo sonando, mi hermano medio abriendo los ojos y yo, pensando que las cinco cuarenta y cinco (de la mañana) no era una buena hora para bañarse. Para nada. Sabrán que mi hermano ha entrado a la escuela, así que estos días lo acompaño, lo voy a dejar y voy por él, excepto los martes y miércoles, que son los días que voy a la escuela.

Después de mirar la eternidad y de vestirse, y aguantar a mi hermano de malas (así, igualito que yo el cabrón) por levantarse temprano… me descubrí caminando el mismo caminito que recorría hace siete años para ir a la preparatoria. En algun momento, algo se movió en mi espíritu, preguntando un poco dudoso–. ¿Y por qué diablos tengo que caminar esto otra vez? –pensé su pregunta seriamente, me encogí de hombros y me respondí en voz alta–. No lo sé. Mi hermano se me quedó mirando y comentó algo del frío, y de las calles desiertas. Sin embargo pensaba también, así como en la eternidad, la cantidad de respuestas que tendría eso. En algunas culturas recorrer el camino que se hizo hace años simboliza el pago de un crimen. En otras, es el camino a redimirse de los actos, el arrepentimiento. Otros dicen que la purificación, donde en cada ciclo se arreglan los detalles, otras cosas cambian. Preferí no darme ninguna respuesta y pensar lo inmediato–. Me levanté hoy, a las 5:45 AM, porque soy un buen hermano y porque me gusta acompañarlo.

Si así de fácil es la cosa… entonces la eternidad no es una canción… es una mamada.