Tengo muchísima flojera y en mi iPAQ tengo anotadas tres tareas como urgentes: terminar de comparar unos catálogos (y capturar uno más), terminar de arreglar un blog y mañana, ir a hacer unos pagos a bancos. Lo más odioso son los bancos, porque la ciudad esta hecha una mierda, porque son tres días después de la quincena y cada banco me toma una hora y media, y porque no son mis deudas las que estoy pagando. De cualquier manera, agradezco la existencia de mi aparatejo, que me permite una existencia más llevadera en las filas. Hace menos de una semana que lo tengo y ya leí dos libros: La primera parte de The Hitchhiker’s Guide To The Galaxy de Douglas Adams y Cómo me hice Monja de César Aira, por recomendación de Magda. Finalmente, creo que he logrado acelerar mi ritmo de lectura.

Me siento cansado, con mucho sueño y sólo puedo pensar en seguir leyendo un poco. Espero que los problemas con las obras viales, y que el desmadrito del Peje, ya se terminen (sin salabim bim bim). Porque así como esta la ciudad ahorita… no puede ser sano, no puede ser saludable continuar escuchando claxonazos y mentadas de madre a las once de la noche.