Precisamente, en cuanto mi reloj dio las 16.50, una tercera persona en mi messenger me ha escrito diciendo que tengo que ver EL INFORMAL. El nuevo programa de TV Azteca, donde Salvador Leal es uno de los escritores. Sorprendentemente, no es Salvador quien esta a cargo de la publicidad, esta vez son sus amigos. Se me hace un poco molesto por el mensaje repetitivo, y porque la publicidad es un poco intrusiva. Pero como amigo de Salvador, comprendo la importancia y he prometido que veré el programa.

Mientras tanto, Internet tiene ese bonito cuerpo que ofrecer y a lo lejos se escucha la canción de “Hoja en Blanco”, versión banda. Personalmente, mi preferida es la batucada.

Tengo el estómago llenísimo. Las entomatadas quedaron muy buenas, pero comí más de lo que mi estómago esta dispuesto a soportar. Con el día gris que se esta haciendo se me ha antojado un café, es probable que baje a poner el agua. ¿No dicen por ahí que el café ayuda a la digestión? Llevo cinco horas y el experimentito este ya se me hizo un poco hartante, pero mucho se lo atribuyo a mi estómago inflado y a mis ganas de dormir después de una buena comida. Faltan otras 19, 19 horas que pueden estar llenas de emoción, de llantos, de lágrimas y risas, de Vargas Dulché, de videos de YouTube, de asiáticas masturbándose, de azúcar y cafeína extra. Me siento muy tentado a rogar por ese café de starbucks.

Cada vez es más difícil llenar estos espacios en blanco.