Es tan raro ver como le he dado vuelta a la medición clásica del tiempo. Ya no tengo dos dígitos, sólo uno y así será de ahora en adelante. Aunque pensándolo bien, ya no tengo 20-18-15 años para hacer estas cosas. Tengo 24 años, y demasiado tiempo libre por las vacaciones. Desde casting, una desvelada ya me afecta severamente, mis ojos ya no resisten como en la pubertad donde creía que se regeneraban porque poseía ciertas células mutantes. Hay mucho que ver en internet, pero honestamente, nada en internet me podría detener durante otras diez horas. Es que estoy demasiado acostumbrado a la navegación, a las redes sociales y toda esa locura.

En MSN, solamente quedan Don Arturo y mi gringa proveedora de fotos en pelotas.

Es probable que pueda resistir otra hora más, tal vez cinco si me obligo, pero aún empujando el cuerpo a esos extremos, habré de descubrir solamente lo ocioso que puede llegar a ser uno, comprobar las ganas de llamar la atención con estos impulsos… entre infantiles y entretenidos, podría descubrir un par de cosas acerca de mí mismo escribiendo en un estado de semiconsciencia. Tal vez, quería comprobar que mi cuerpo aún es necio y que puede resistir sin mayor problema. Pero vamos, siendo honestos… se me acaban las ideas, esta haciendo algo de frío, no quiero acabarme la cajetilla de cigarros en una sentada y tampoco quiero recurrir al tramposo método de escribir los posts por adelantado y que los vaya publicando WordPress. No quise recurrir al método de escribir una sola línea y… en estos posts, aún siendo incoherente, trato de darle sentido a lo que estoy escribiendo y desarrollarlo.

Esto no fue planeado como ficción o como una novela, simplemente un diario personal de alguien que, desafortunada o afortunadamente, quiso aprovechar que todo el día de hoy pasaría su tiempo en línea.

Los primeros cuatro párrafos los empecé con la letra E.

Voy a ver si los párrafos de la 2.50, puedo empezarlos todos con A.

Terco como una mula el hijo de puta, ¿ah?