Hice algo que no debí hacer esta noche: Me asomé de mi burbuja blogosférica y visité blogs que no acostumbro. No encontré nada interesante. Y pienso medio triste, que es lo mismo que uno puede pensar al llegar a este de improviso. Después de todo, ¿a poco no siempre estamos encantados de escribir a la misma gente que tiene fé en nosotros? ¿A poco no es bonito saberse especial para un puñado de lectores? ¿No es acaso, una pureza idiota e ingenua, cuando abres tu blog por primera vez dónde te dedicas un rato a tus primeros posts, procurando venderte como alguien especial a través de las coincidencias que te trajeron a este mundo? Por ejemplo, si quisiera escribir el primer post de un blog, diría: Nací un cuatro de febrero de un año bisiesto, mis padres acordaron, sin ánimos cabalísticos, llamarme Segundo. No fue hasta que crecí y que miraba con un poco de atención los calendarios, aunado a mis clases de matemáticas, que los caminos marcados por mi destino serían, inexorablemente, pautados por un dios binario y que mis decisiones serían reafirmadas cuando hubiera algún cuatro involucrado, sobre todo si el día del calendario así lo marcara. Es por eso que sólo escribo en los días números par en este blog. Ay que miedito me daría una persona así, pero por ese primer post me sentiría un poco atraído, fuera por las coincidencias o la ironía. Pero puede ser que aquel Segundo, después de un año y medio, empiece a escribir del coche que se compró y de su nuevo trabajo, es entonces que ese primer post quedaría relegado a una memoria, a la memoria de los primerizos, y luego hablara de sus ipods y sus ganas de ser astronauta. Él escribiría–: Empecé mis exámenes de astrofísica el cuatro de marzo. Todos los signos lo estan marcando. Y algunos cuantos cómplices lo comprenderían, mientras que el pobre de Raúl Pérez, alguien que escuchó de alt1040 y ecuaderno por pura casualidad, ha llegado al blog de Segundo dando de click en click a un coso bien raro llamado Technorati.

–Neh, que desperdicio –diría Raúl desde su nave espacial–, si yo tengo mi ferrari y un prototipo de iPod mini-nano-fulgurante autografiado por Steve Jobs.