Hay una chica que me roba la atención mientras escribo esto. Uno de nuestros juegos consiste en desearnos el uno al otro e inventamos diversas maneras de hacerlo… En esta ocasión yo le prometí que no me la cogería hasta que terminara de escribir esto. Le vendé los ojos, le amarré las manos, tengo un fetiche por ese tipo de cosas, pensé que amarrarle las manos sería bueno, que no le permitiría distraerme en lo que yo escribo esto… el tiro me salió por la culata, porque se las amarré por enfrente y mientras ella esta acostada… se toca, y se sonríe, y me pregunta cosas… es bueno no tener que mirar el monitor mientras escribo… así puedo prestarle atencion. omo no puedo acercarme a ella, hasta que decida ponerle un punto final a esto… tengo una de esas erecciones únicas, que bien hasta le podrían poner nombre en latín, con género y especie.

Ha terminado de tocarse, ahora se chupa los dedos y juega con las piernas. Se ha acostado boca abajo y mueve las nalgas… hoy me confesó que lo que más le gusta es que me la coja por detrás. Que le coja duro por detrás, porque así siente el movimiento de los senos. Lo he notado, cuánto le gusta. Le gusta el sonido del golpeteo, eso siempre le obliga un gemido. Pausa, necesita alguien que le quite los calzones y ella con sus manitas amarrada no puede hacerlo…

Fui a besarle, quise metérsela en la boca pero ella se negó, que porque no había terminado de escribir. Continua jugando con ella misma, continua tocándose, me pregunta cosas… me urge a que me apresure. Ya quiero sentirla de nuevo, ya tengo ganas de escucharla, de morderle el cuello, de apretarle las nalgas y dejárselas rojas. Ahorita le voy a enseñar que tener las manos amarradas no es tan conveniente como ella creía.

-Ya no quiero nada. Te tardaste mucho…

Ni madres, con su permiso, voy por lo que me toca.