A mi madre, le dije que iría a algo de literatura. A mi tío, le dije que iría a conocer, por mera curiosidad. A mi jefe, le dije que iría a ponerme borracho.
En realidad, no fue ninguna de las tres. Lo hice por una sola razón:
Una imagen dice más que mil palabras.
Aproveché para conocer a un pejelagarto.
Y también vi la estatua del capitán y la anciana. No me sé la historia y Sol tampoco, pero promete ser interesante… lo curioso de estas estatuas, es que Sol ha logrado que parezcan reales en otra foto. Como si estuvieran caminando con la gente, abandonando el mirador…
Ese es el río Grijalva y el restaurante del “Capitán Beuló”. Ella me ha contado una historia romántica de un hombre que rentó todo el bote para pedirle matrimonio a una mujer.
Me perdí el mirador de noche, donde dicen que hay luces que cambian de color… y también, no le tomé fotos al Malecón… ya iré de nuevo. Quiero hacerlo.
Ellos son Jorge y Beatriz (los hermanos venenosos, me dijeron). Unos buenos amigos de hace años… estuvieron atentos a enumerar todas las cosas que me faltan por conocer de Tabasco. (No he hecho mi listita, la haré pronto).
Las tres puertas del Palacio de Gobierno.
Hay muchas casas viejas en Tabasco, que son consideradas como patrimonio local. Son permitidas pocas modificaciones (y en algunos casos, ninguna). Esta casa me gustó… tenía pinturas donde debía haber ventanas.
Y esta casa cambió las ventanas por vitrales de árboles.
Pellicer está en todas partes, esta era su casa. La han convertido en un museo. :Lamentablemente, estaba cerrado. También hay una galería, que es la del Jaguar.
Los símbolos de Villahermosa: los Jaguares y las cabezas Olmeca. (si, si, prometo que en mi siguiente incursión, sacaré fotos de todo).
Las calles de Villahermosa, llevan mucho arte en sí… mucha historia, mucha cultura. Cosas que se han perdido en una ciudad tan grande como el Distrito Federal y sólo se encuentran en algunos puntos específicos.
Esta foto fue en uno de los museos en el centro de Villahermosa. Se hacen eventos culturales, se transmiten películas, hay galerías… entramos de manera gratuita (no sé si por ser domingo, o sencillamente, porque allá les encanta tener eventos culturales… mucho teatro al aire libre, una pequeña feria de libros).
Y DuVeth comprendió cuánto me gusta la Coca Cola… ese día facilmente me tomé unas cuatro, o tal vez cinco… no lo sé. Debería aprender a tomar más agua.
